2011-04-27

El teleoperador: el pilar oculto

Me contó un compañero de trabajo que tiene un amigo que trabaja en... Ya se sabe como son estas cosas, al final cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Pero no importa, yo os reproduzco la historia tal y como me la han contado para que cada uno saque sus propias conclusiones. Pero antes haré un inciso.

La sociedad, en general, tiende a creer que los teleoperadores están sólo al servicio de compañías de  telefonía e internet. Craso error, están en todas partes. Y por otra parte no me extraña, es una mano de obra barata a la que recurren los servicios técnicos. Da igual que seamos de Movistar o Vodafone, Simyo o Pepephone, BBVA o Novacaixagalicia. Ups, no son compañías de telefonía. Aquí empieza la historia.

El amigo de mi compañero, del cual desconozco el nombre, trabaja en el centro informático de una caja de Vigo ahora fusionada con otra caja gallega. Tenía la suerte de ser de los pocos que trabajaban para IBM directamente.  "Tenía" porque fue despedido tras la fusión (ahora no hacen falta dos centros informáticos, reducción de costes y esas cosas tan de moda). Pues bien, os traslado cómo funciona la maquinaria de los cajeros.

Una oficina tiene un cajero que funciona a las mil maravillas hasta que un día deja de hacer algo, o deja de hacer todo, da igual. El oficinista, banquero, director o quien sea que trabaje en la oficina no tiene ni puta idea de cómo funciona ese trasto de sacar dinero así que coje un teléfono y llama a... un TELEOPERADOR-1. Éste toma nota de qué es lo que no funciona y manda a lo que llaman un MENSAJERO. Dicho elemento no es más que un chaval contratado por una ETT, habitualmente local, equipado con un móvil y algún medio de locomoción, habitualmente propio, que se desplaza desde donde quiera que esté hasta el terminal averiado. El banquero tal vez piense que quien acaba de llegar vestido de calle es el técnico, pero no, es sólo eso, un mensajero. Pues bien, una vez en el lugar ve lo que le pasa, si es posible anota el error que da en pantalla y llama a ... un TELEOPERADOR-2. Éste le guiará paso a paso para que solucione el problema. Quizá el banquero crea que tras teléfono hay un técnico de verdad, especializado, que monta y desmonta un cajero con los ojos cerrados una vez por día y en sus ratos libres. Pues no, es un teleoperador más, al que pagan como tal, y al que le dieron algunos PDF con alguna documentación técnica (que dicho sea de paso seguramente él mismo ha ido ampliando con sus propias experiencias). Si el problema se soluciona ahí acaba la historia. Si no se soluciona, quizá porque es problema de hardware, el TELEOPERADOR-2 escalará la incidencia a otro departamento. No sé como sigue la historia pero a buen seguro que tras ese escalado abrá otro TELEOPERADOR-3 con otros manuales que enviará otro currito subcontratado con alguna pieza que tendrá que poner donde le diga el TELEOPERADOR-4 (aunque en otro sector, pero doy fe de eso sucede). Al final el cajero volverá a funcionar y ni un solo técnico "de verdad y pagado como tal" ha solucionado la avería.

Supong que pagar a varios mensajeros y tropecientos teleoperadores, le sale al banco, caja, o lo que sea ahora, más barato que mandar a un técnico de verdad, con su furgoneta, recambios, experiencia, manuales, sueldo decente y orgullo propio de hacer un trabajo que pocos pueden o serían capaces de realizar por no tener los conocimientos necesarios. Lo bueno es que crean un huevo de empleo; barato, descualificado y mal pagado, pero empleo al fin y al cabo.

2011-04-11

La experiencia de ir a un McDonald's

Lo sé, debo ser de las pocas personas que nunca había ido a un McDonald's o un Burger King. Y digo había ido porque este fin de semana cometí el error de comer en uno de ellos, concretamente en el del slogan I'm lovin' it.
El caso es que no soy muy aficcionado a este tipo de comida, soy más de las bocaterías tradicionales donde te ponen media barra de pan con comida dentro o restaurantes con menú del día. Pero siempre tuve ganas de entrar en uno de ellos para saber qué es lo que te sirven de comer.
Pues bien, si conoceis algo los horarios y costumbres lusas sabreis que a las 16h (hora española) de un domingo es casi más probable encontrar un sitio donde cenar que donde comer. Así que por un poco de casualidad y necesidad nos vimos dentro del restaurante en cuestión. Antes de nada he de decir que no soy demasiado escrupuloso con la comida: como de todo, en cualquier sitio y me gusta experimentar nuevos sabores. Mi acompañante 3/4 de lo mismo.
Yo pedí una Big Mac, patatas y Coca Cola, mi acompañante una Bacon Cheesburger, patatas y Fanta de naranja, total unos 9 € y todo servido en unos 20" (literal). Pero al tema, ¿qué opino de las hamburguesas?. Los refrescos de garrafa estaban de pm, no sé qué es lo que tenían pero sabían muy bien, eran grandes (0.4 L), estaban llenos hasta el borde (0.5L aprox), fresquitos en el punto y por 1 € cada uno. Ah las hamburguesas, ¿pero tenían?. Lo siento mucho pero creo que nunca volveré a un McDonald's, y por extensión probablemente tampoco a un Burger King. ¿Porqué?. Pues porque una de Big tenía poco y la otra, que de bacon sólo tenía el nombre, también podrían ponerle la coletilla Big porque el tamaño por ahí andaba (y yo que creía que sabía algo de inglés). No, todavía no he dicho nada malo, eso sólo era, digamos, dimensionar un poco las hamburguesas. Lo realmente malo es que lo marrón que tenían dentro y que más o menos se correspondía con el grosor de 3 DVD (sin caja), que dejó de tener madre hace mucho tiempo, si es que algún día la tuvo, y que dicen llamar carne. El aspecto, y por desgracia el sabor, era lo más parecido al esparto (para los que sean de ciudad y no se enteren, son los sacos en los que vienen las patatas de siembra). Si al menos el sabor fuera bueno me comería dos Big Mac más.
Desde aquí mis mayores elogios a McDonald's porque habeis conseguido hacer un refresco sabroso y barato y una hamburguesa que no la comen ni las gallinas. Por mí podeis declararos en quiebra y derribar los edificios, para que, por el bien de su salud, ni los okupas se metan dentro.

PD: el peso de la cantidad de desperdicios generada era mayor que lo que te venden por comida. Ahora que lo pienso, probablemente el hambre me haya nublado la vista y por error tiré las hamburguesas y lo que me comí fueron los cartones. Al menos le habría metido algo de fibra al cuerpo. En fin...