Loterías y apuestas

Ahora que se acerca la navidad y la Lotería me viene a la mente una situación que se me dio cuando era pequeño, la relato.

Tras una cena con mis padres y unos familiares me puse a jugar por el restaurante con mis primos. Mis tíos nos llamaron y nos dieron a cada uno una moneda de 25 pesetas [0.15 € ahora] para gastar en le que quisiéramos. Yo había pensado cogerme unas pipas o unas gominolas pero mis primos dijeron "vamos a la maquinita, vamos a la maquinita" [tragaperras]. Nunca había jugado y nunca había visto a mis padres jugar, pero sí había visto jugar a mucha gente en bares y restaurantes. Lo curioso es que casi nunca vi a nadie obtener algo a cambio. Tanto pensar me había dejado atrás, mis primos ya estaban dándole a todos los botones. "Te toca, te toca"... Me dejé llevar, metí la moneda, pulsé unos botones que no obedecían a ninguna lógica y tras unas melodías más bien repetitivas no salió nada. Me di cuenta de lo evidente, había perdido las 25 pesetas que me habían dado. Mis pipas a cambio de una ilusión.

Aquel pequeño juego de niños que no significó nada para mis primos (creo) significó mucho para mí ya que, desde aquel echo, debieron pasar al menos unos 20 años y se cuentan con los dedos de una mano las veces que he jugado a algún juego de azar. Nunca he ganado nada, pero tampoco lo intenté mucho, lo reconozco. Fue en los Simpson donde le ofrecieron al Sr. Burns la felicidad eterna a cambio de un dólar, y éste desconfió y soltó: "soy más feliz con un dólar".